Los actuales desarrollos tecnológicos han convertido al marketing de proximidad en una herramienta publicitaria altamente efectiva. Sus posibilidades de segmentación y personalización del mensaje abren un sinfín de posibilidades para las marcas, que pueden enviar el mensaje adecuado en el momento y lugar más indicado. Así, se consigue un impacto más específico sobre el público objeto de la campaña, así como datos reales sobre el aspecto, como por ejemplo, el número de personas alcanzadas.
El mundo del retail está abierto a los cambios a pesar de que no es fácil dar cabida a una revolución dentro de la tienda, y por eso a menudo sucede que las nuevas tecnologías se desarrollan y se integran en algunas soluciones, pero permanecen durante un tiempo en espera hasta que finalmente estallan cuando llegan a ser de uso y beneficio común.
Hasta la fecha, el marketing de proximidad se basa principalmente en la explotación del Bluetooth y conexión WiFi en un teléfono inteligente. Se habla mucho de la digitalización, es decir, la informatización de procesos, y se ha descubierto que una buena parte de fabricantes y marcas tienen la creencia de que la innovación tecnológica puede representar un aumento del consumo. El punto de inflexión es entender cómo determinadas infraestructuras pueden permitir crear nuevos modelos de interacción capaces de atraer a la gente a pasar y entrar en una tienda.
No son solo gastos, sino también oportunidades
Tener una red WiFi no es un gasto periódico porque es una puerta a nuevas oportunidades de negocio. ¿De qué manera? A través de perfiles de usuario y con el respeto de todas las políticas de privacidad, se puede identificar las preferencias de los visitantes y crear ofertas individuales que puedan ser activadas dentro del alcance de su red inalámbrica. Esto permite una cantidad ilimitada de escenarios de marketing. Por lo tanto, el teléfono inteligente es la llave maestra que nos permite entrar en el vasto mundo del comercio físico-digital.